La derrota sufrida en
el Cusco por tres goles a cero, marcó la despedida y sus dirigentes pensarán
qué harán con el equipo y si todavía les queda el deseo de llegar al fútbol
profesional.
No pudieron aspirar a más por una simple razón, los jugadores con
quienes empezaron esta aventura y los refuerzos que llegaron en el transcurso
de la competencia, no estuvieron a la altura de las exigencias de un torneo,
que requiere tener un conjunto muy equilibrado y sólido en todas sus líneas. Se
escribió y se dijo, qué con un buen arquero, dos centrales que siempre apagaron
incendios, un solo volante con valía y sin delanteros a la vista, no bastaba
para sostener una campaña, que es muy dura y finalmente, este fue el resultado,
agregando, que nunca se tuvo un comando técnico que señalará el derrotero a
seguir.
Se acabó el sueño de los niños y jóvenes, que como hinchas querían ver
fútbol profesional en el Rosas Pampa, se terminaron las ilusiones de hinchas
mayores, que añoraban volver al estadio a disfrutar con el fútbol de la Liga 1.
Habrá que esperar a ver qué pasa con la dirigencia ancashina y también del
Sport Rosario, que el próximo año deberá empezar su carrera de retorno desde la
etapa provincial de la Copa Perú.
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