Los santarrosinos tuvieron a mal traer
a los ancashinos en varios pasajes del encuentro a tal punto que rompieron la
paridad a los 22' del segundo tiempo, luego que la pelota se paseara por el
área y el zaguero Robert Cochachin, de un puntazo, introdujera el balón al arco
de Cristian Jave.
Este gol fue un golpe duro para los auriverdes, que hasta ese
momento no habían propuesto nada de fútbol.
El empate se dio mediante un penal
ejecutado por Yeissón Vinces, sobre los 37' y Piero Becerra, a los 41'
tranquilizó a los hinchas con un violento remate, para que el alma volviera al
cuerpo de los ancashinos.
Un triunfo ajustado y asustado de un equipo que está
llamado a ser protagonista en la Copa Perú y qué se mostró como un conjunto
timorato y gélido ante un rival que empujó a base de entusiasmo. Los ancashinos
deben resolver sus temas personales y económicos con José Mallqui, porque, así
como juegan, están más para ser eliminados, que llegar a la finalísima, que es
el objetivo de un equipo con historia.
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