(DAROTI).- Cuando la
fatiga por el esfuerzo ya empieza a hacer mella y las piernas no quieren
responder.
Entonces, el corazón empieza a palpitar a mil por hora y
el impulso es mayor, para lanzarse al ataque y dar la estocada final,
terminando exhaustos, pero, felices por haber alcanzado la victoria.
Aquella
que quiso ser esquiva con los bravos rosarinos, que lucharon por quedársela en
casa y demostrar que aún en la adversidad, tuvieron el coraje de sobreponerse a
las circunstancias y decirle a todo rival que pise el Rosas Pampa,
que, tendrán que hacer el doble de ellos, si quieren irse con algo.
Fue
una tremenda victoria conseguida por Sport Rosario de dos a uno sobre el
atrevido Garcilaso del Cusco.
Esta vez, los incas no pudieron con los waras,
porque, sacaron a relucir sus garras como buenos Pumacayán.
Un triunfo, que
quedará en el recuerdo de los que estuvieron en el estadio y cuando
escucharon el pitazo final del árbitro, saltaron de alegría plena y
despidieron a los jugadores con sonoros aplausos, ya que en la cancha
pusieron harto huevo, para darle la alegría a esa hinchada que no los dejó de
alentar.
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